Creo que es importante que sepamos crearnos nuestro propio “ecosistema”, el conjunto de elementos que quieres que estén relacionados contigo y te den apoyo. En nuestro día a día, cada uno de nosotros posee el poder de decisión para escoger, qué es lo que quiere que forme parte de su vida y qué es lo que no. Solemos olvidarlo.
Y esto se aplica a todos los elementos externos con los que interactuamos, incluyendo tanto a personas como a elementos más abstractos como la información. Me estoy refiriendo aquí a escoger lo que queremos que forme parte de nuestra vida, de nosotros. Es claro que tenemos que interactuar también con elementos que no son de nuestro agrado, pero éstos los dejamos en una capa externa, no interna: los gestionamos con educación, respeto y profesionalidad y ya está…no traspasan…no permitimos que dejen más huella.
Me refiero entonces a lo que sí que queremos que penetre, que nos inunde, que forme parte vital de nosotros. Eso hay que escogerlo: ser consciente primero de que tenemos ese grado de libertad, la libertad de escoger; decidir entonces escogerlo; y pasarlo seguidamente y de forma activa a nuestro interior, para que nos impregne y forme parte de lo que somos.
Había una época en la que era relativamente “seguro” seguir un telenoticias. Podíamos contar con el hecho de que si iban a aparecer imágenes susceptibles de herir nuestra sensibilidad –y apuesto a que ése era el caso…- nos informarían, al menos, antes de mostrarlas…Lamentablemente, esa época ya ha pasado…Sigo ahora muy pocos telenoticias y lo hago con el mando del televisor en la mano, preparada para cambiar a otro canal ante la amenaza de la imagen amoral. Y aún así, prevista, me cogen muchas veces…Por consiguiente, cansada de “comer lo que me tiren”, dejé de seguir asiduamente la mayor parte de los telenoticias. Ahora soy yo la que me procuro la información, la que decide qué quiere ver y qué no.
No nos confundamos: no se trata de aplicar la actitud de los tres monos místicos “no escuchar, no hablar, no ver” – aparecen en una escultura de madera de Hidari Jingoro (1594-1634) situada en el santuario de Toshogu (Nikko, Japón) , y aunque originalmente parece que su actitud se refería a “no escuchar, no ver y no hablar” sobre el mal o las injusticias, el sentido más extendido popularmente implica una actitud pasiva frente la sociedad -. No se trata pues de encerrarse en una burbuja ajenos a lo que sucede a nuestro alrededor. Fijaros que os digo, mantenerse informado pero respetando también la libertad personal de no tener que ver ciertas imágenes. Ya sabemos que una matanza y otros tipos de atrocidades no deben cometerse: no necesitamos verlas para saberlo. A eso me estoy refiriendo.
Este que os comento es tan sólo de hecho un ejemplo introductorio poco significativo: lo importante viene ahora.
Tenemos que incorporar a nuestra vida lo que queremos que forme parte de ella. Si nos apasiona la ciencia, por ejemplo, no podemos esperar a verla en los medios de comunicación tradicionales salvo honrosas excepciones: busquemos nosotros nuestros propios referentes y hagamos que formen parte de nuestra vida diaria. Lo mismo se aplica a cualquier otro campo al que queramos dedicarnos o hacia el que sintamos atracción.
Es ésta una de las grandes ventajas de la sociedad de la información actual: podemos escoger los retazos de información que queremos que formen parte de nuestra vida. Nosotros; activamente; sin esperar a que nos los den desde los medios de comunicación tradicionales, y celebrando evidentemente cuando éstos nos los aportan…pero apuesto a que este aporte se realizará en ocasiones puntuales….y nosotros buscamos impregnarnos de ello, que sea un elemento de nuestra vida.
La misma filosofía se aplica también a las personas. Se crece mucho más a nivel personal y profesional si uno sabe escoger y se rodea de las personas adecuadas.
Recordad lo que mencionaba al principio: siempre tendremos que lidiar con todo tipo de personas. Ante éstas, coraza amable y educada, quédate con lo mejor de ellas y de la experiencia. Deja sólo que traspasen, que te “afecten profundamente”, las personas que están en la línea de la filosofía que aplicas en tu vida. Procura buscarlas y acercarte a ellas. Puede tratarse de un acercamiento físico – tener la oportunidad de compartir un proyecto con ellas- pero es también igualmente válido el acercamiento en la distancia. Nuevamente las redes sociales nos lo facilitan: síguelas en sus redes.
Poniendo en tu realidad, fragmentos de las realidades que quieres, contribuyes a hacerla más posible, porque estás abriendo “ventanas” a ellas, ventanas que en tu realidad por defecto no suelen existir. Quieres cambiar las cosas en un campo, sigue a personas que lo están haciendo en ese campo: míralas, analízalas, coge lo mejor de ellas y añade lo mejor de ti….construye tu realidad abriéndote ventanas a lo que quieres ver.
No somos los monos que no quieren ver, ni oír ni hablar…No. Hemos evolucionado. Somos los que tomamos las riendas de nuestra vida y nos construimos nuestro propio ecosistema, nuestra propia realidad.
Gloria García-Cuadrado
Físico Teórico